Eran las 12 h. del mediodía del día 8 de febrero de 2014.
Un importante grupo de esforzados corredores y corredoras, tomaron la salida en el Complejo Deportivo "Miguel Induráin", de Ceutí, en la Región de Murcia, para disputar una gran prueba de ultrafondo, muy exigente.
Se trataba de las I 24 Horas Corriendo Región de Murcia, prueba organizada por el Club de Atletismo de Ceutí y el Ayuntamiento ceutiense.
A la llegada, una completa bolsa del corredor, consistente en unos estupendos calcetines, una completísima mochila y una riñonera, entre otros productos y atenciones.
Y los corredores, una vez puestos los dorsales y el chip de tobillo, emprendieron/emprendimos una larga aventura que acabaría a las 12h del mediodía el día 9 de febrero de 2014.
En esas 24 horas corriendo, prueba muy exigente y al alcance de muy pocos, había que dar vueltas a un circuito de 400 metros. Cada tres horas se cambiaba la dirección de la carrera, a fin de dar un poco más de variedad al evento.
En un punto intermedio de la pista de tierra, estaba el puesto de aprovisionamiento. En diversos momentos, y aparte el aprovisionamiento general (agua, isotónicas, cola, pequeños sandwiches, plátanos, frutos secos, chocolatinas...), se daba a los corredores que lo desearan, caldo de pollo (en dos ocasiones), café con azúcar (tres ocasiones), plato de macarrones con tomate (una ocasión), y chocolate calentito (una ocasión, en la madrugada).
Hizo mucho frío, pues en esos días las temperaturas habían bajado bastante y soplaba un viento fuerte que hacía más dura, si cabe, la competición, especialmente en la zona menos protegida, frente al Pabellón principal.
Muy buen cronometraje a través de Conchip, y en el punto intermedio donde se ubicaba el puesto de control, al final de cada vuelta de 400 metros, en una pantalla se podía ver el tiempo transcurrido, el número de vueltas y los kilómetros que se iban completando.
Bien abrigados, con guantes algunos atletas, cortaviento, gorro de lana algunos... se pasó el evento, con la alegría de ir sumando kilómetros y el sufrimiento de las sobrecargas ante el esfuerzo descomunal a que se sometía el organismo.
Las tres últimas horas, ya con la claridad del sol, fueron algo más distendidas y para perfilar kilometraje y completar distancias, según los objetivos de cada atleta.
En mi caso, el objetivo era llegar a los 100 kilómetros, pues nunca en competiciones oficiales de ultradistancia llegaría a tener ese registro. Una vez conseguida esa meta, ya era cuestión de ir aumentando lo que se pudiera ese centenar. Con carrera y trote, fui haciendo distancia y llegué hasta casi los 123 Kilómetros. En la próxima edición de esta prueba, esos 123.000 metros buscaré sean 140.000. El año que viene.
Una gran alegría al llegar a la meta a las 12h del mediodía, y emocionados nos abrazábamos y nos felicitábamos mutuamente ante la gesta. Lo habíamos conseguido.
Abrazos, apretones de manos, fotos, aplausos del público y de los componentes de la Organización y personas de apoyo,...
Tras la ducha y cambiarnos, fuimos a la zona de trofeos y podios, en acto muy emotivo, dirigido por Manuel Rico García, el "alma mater" de la prueba y que tan extraordinariamente coordinó el evento.
Hay que felicitar a Manuel Rico, así como al Club local de Atletismo, al Ayuntamiento ceutioense, a los cronometadores, personal voluntario y a todo el personal que de un modo u otro coadyuvó al éxito de esta primera edición en una prueba que a buen seguro constituirá un modelo en este campo de los ultramaratones de 24 horas.
Los vencedores absolutos fueron, en hombres, Javier Lozano Velasco, con más de 202 Kilómetros, y en féminas, Natalia Vicente Martínez, con más de 123 Kilómetros.
Podios y trofeos por categorías, a los tres primeros de cada una de ellas, trofeo al más veterano, y cuatro trofeos a la fidelidad, a cuatro atletas que acudieron a las diversa pruebas organizadas por Manuel Rico.
Yo tuve el trofeo y podio al más veterano, y ese galardón a la fidelidad que mencioné. Muy agradecido a la Organización del evento.
Dio calidad y empaque a la prueba, aparte de la que ya tiene de por sí, la presencia de Pedro Serna, que participó en la carrera, y es considerado uno de los mejores ultrafondistas de nuestro país, con un palmarés sensacional.
En el plano personal, fue muy reconfortante y grato el saludar a tantos amigos, hablar con ellos antes y después del evento, recordar participaciones, hacer fotos, y esa convivencia y desarrollo de valores humanos y deportivos del ultrafondo.
Yo amo el ultrafondo.
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