Destinan a mi padre, funcionario, a Murcia, y me traslado allí con mi familia. Primero, habitamos la llamada Casa de los Nueve Pisos, y después, una vivienda para funcionarios en la zona de Vistabella.
-Mis padres, en una celebración de Navidad, en Vistabella, en la época de mis estudios de B. Elemental.
Allí cursé el Segundo, Tercero y Cuarto de Bachillerato Elemental y la Reválida de Grado Elemental, prueba de conjunto preceptiva antes de pasar al siguiente nivel, el Bachillerato Superior.
Fueron tres años intensos de estudio ( con 11, 12 y 13 años de edad) pues siempre a mí me ha gustado mucho estudiar y la disciplina intelectual ha sido una constante en mi vida. Y la verdad es que la formación recibida en ese Instituto fue formidable. Eran esos Catedrático "antiguos", que se subían a una tarima y daban esas lecciones magistrales que hoy parece no se conciben. Pero ¡qué formación teníamos!. Recuerdo algunos nombres de esos Catedráticos.
D.Juan Barceló,en ilustración del libro-homenaje que le tributó la Academia "Alfonso X El Sabio", deMurcia.
-De Latín, D. Vicente, que nos enseñaba las conjugaciones y las declinaciones y hacíamos con él interminables traducciones de la Lengua del Lacio. con la que sobre todo hacíamos lectura y traducción. Llegamos a tener muy buen conocimiento del Latín, una lengua que hoy, no sé porqué, prácticamente no se enseña.
-De Matemáticas, primero fue D.Pío, cuya figura impresionaba, se parecía a D. Miguel de Unamuno.Yo le entendía muy bien y creo que con él aprendí el gusto por las Ciencias Exactas, era tan meticuloso y ordenado, y las clases, tan "rectilíneas", impecables,... Después, D. Juanjo, al que tuve en tercero y cuarto. Era otro estilo el de D. Juan José Franco Almagro, y adoraba la Geometría, nos pedía las áreas y volúmenes, nos explicaba los sistemas de ecuaciones,... Iba a su Academia, o mejor, a la de D. Juanjo y D. Vicente, la Academia "San Isidoro", cerca de la calle Trapería. Por las tardes, dábamos cuatro horas complementarias, algunos alumnos, con repaso de Mates, de Latín, de Geografía, de Historia,...No parábamos.
-De Lengua era D. Juan, muy a la antigua usanza, todo trajeado, con sombrero gris de ala, muy buena persona y que tenía una forma peculiar de dar clase, sentándose de perfil. Era muy curioso. Cuando se quitaba el sombrero, veíamos su reluciente calva, que le daba personalidad. Análisis morfológicos y sintácticos, dictados a tope, conjugaciones verbales, en fin, dominio del Castellano.
-De Literatura y su Historia, toda una institución, D. Luis González-Palencia Simón, hijo de un ilustre arabista, Luis González-Palencia. Tenía una librería cerca del Cine Rex. Estudiábamos dos libros, de los que el profesor era autor, de tapas verde-claro. Uno con la historia y otro de textos literarios, que comentábamos.
-De Ciencias Naturales, D. Rafael Verdú Payá, un farmacéutico murciano, muy exigente pero, a la par, muy buen profesor.
-De Geografía y nociones de Historia, D. Antonio Caparrós, que venía todos los días en autobús desde Monteagudo a darnos clase. Los ríos, las montañas y cordilleras, las capitales de las diferentes provincias, y las capitales de los distintos países del mundo, no tenían secretos para nosotros. Sabíamos localizar en el mapa múltiples accidentes geográficos, ciudades y naciones. Era extraordinario.
-De Religión, D.José Hernández, con su gura menuda y algo encorvadita. Daba la misa diaria en la Capilla del Instituto, e íbamos casi todos. Era la misa antes del Concilio Vaticano II, en latín, y dando la espalda a los fieles. Había mucho respeto y recogimiento.
-De Francés, doña Herminia, con la que sobre todo hacíamos lectura y traducción con diccionario. Parecía un método desfasado, hoy día en que se tratan métodos más activos, pero en realidad aprendíamos mucho. También nos enseñaba cultura francesa.
-En estas aulas, ahora ocupadas por el Museo de Ciencias Naturales, recibí yo algunas clases del Instituto.
-D.Juan Barceló , Profesor mío en la Academia "San Isidoro", y que luego sería también profesor mío en la Escuela de Magisterio de Murcia.
-D. Luis González-Palencia Simón, Catedrático de Literatura Española en el Instituto "Alfonso Xel Sabio", de Murcia y que tanto me enseñó.
-Luego, había una materia ómnibus, integrada por Educación Física y FEN, Formación del Espíritu Nacional. Tuvimos a D. Honorio, del Frente de Juventudes, que no quería que le llamaran D. Honorio sino el camarada Honorio ( era muy falangista). En FEN nos enseñaba una historia de España, en que siempre ganábamos, pero en Educación Física ( que no le gustaba mucho) nos daba las clases en traje de chaqueta. Pero bueno, algo hacíamos.
La Reválida de Grado Elemental , comprendía los cuatro primeros cursos de este Bachillerato, y era condición para hacerla no tener pendiente ninguna materia. En unas papeletas, venían las preguntas, de cada disciplina, y había que desarrollar los temas propuestos. Era dura, pero conseguí aprobarla muy bien, con una buena nota media.
Después, destinarían a mi padre , nuevamente , a una plaza distinta, y esta vez fue a Alicante. Allí comenzaría el Bachillerato Superior, del que hablaré en ocasión posterior.
En suma, el Bachillerato Elemental supuso para mí una formación muy completa, hoy diríamos que interdisciplinar, pues nos enseñaron a fondo las más diversas materias y yo creo fue el "humus" fertilizante de mi preparación polivalente, que tan útil me sería en etapas posteriores. Había una fuerte disciplina de clase y de pensamiento, mucho orden en las aulas, gran respeto al profesor, era la "auctoritas", y la enseñanza de valores, hoy tan descuidada, creo se cuidaba mucho. Eran otros tiempos, si, pero,...
Estoy de acuerdo, si los profesores son buenos el alumno los respeta (auctoritas) y la potestas les venía dada por añadidura, y no al revés como sucede ahora.
ResponderEliminarEn esa época, mi queridísimo y admiradísimo amigo Ra, los profesores tenían "auctoritas", es decir, estaban investidos de una autoridad natural que les daba su condición de docentes y, en términos generales, su palabra era admitida por los "imberbes" alumnos con mucha disciplina y respeto, pues admiraban la experiencia de esas "personas mayores". Era lo que los latinos definían con el adagio "magister dixit".La enseñanza era concienzuda y muy sistemática, dotada de amplio contenido. Ahora, no sé, ¿tú que crees? jejeje Un saludo muy fuerte.
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