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sábado, 19 de febrero de 2011

Un orgullo, un honor, una emoción, un sentimiento,...










El día 13 de febrero de 2011, fue uno de los más felices de mi vida.

Ese dia, emocionado, subí a un podio mítico para mi, nada menos que al de la medalla llamada "de plata", subcampeonato de España de Maratón.

Por mi mente pasaron mil sentimientos encontrados, mi familia, Sevilla, mis amigos, mi club, mis sacrificados entrenamientos, mi amor a la Maratón, todo, todo eso, pasó por mi mente.

No me lo creía, nada menos que un subcampeonato de España para mi, un modesto corredor popular que empezó en este mundo de las carreras ya mayor, en 2003, con 59 años, y que nunca pensó que se iba a dedicar al deporte, y menos al deporte veterano.

Me pasé más de media vida estudiando, con actividad sedentaria, como supervisor educativo, como profesor, como investigador, como conferenciante, como escritor de libros sobre Pedagogía....

Pero, ya jubilado, me dediqué a correr, no para ganar medallas, sino por salud, para ser feliz, para saludar a mis amigos, porque me encanta entrenar horas y horas de running,...

Y fui cogiéndole gusto a las carreras de todo tipo, pero especialmente a lo mío, el maratón y el ultramaratón, mis preferencias,...

Y fui ganando trofeos, unos y otros caían, pero en pruebs locales, provinciales, interesantes, sí, pero de un valor más bien circunscrito a un ámbito concreto.

Pero un Campeonato de España.... Ya en Málaga, en 2010, fui sexto clasificado nacional como Veterano +65, en la Media Maratón de Málaga, Campeonato de España. Pero...

Y llegó Sevilla, que me traía recuerdos de mi padre, sevillano de pura cepa, que me hablaba de su ciudad con entusiasmo:

-Hijo mío, Sevilla es mágica, es lo más grande que puede haber.

-Y amé a Sevilla, y amé a lo sevillano, a ese encanto especial hispalense, a esa magia itálica giraldeña, sierpista,,...

Ofelia Nieto, la gran diva del canto, era de mi familia, y Sevilla albergó sus entonadas y líricas emanaciones de una voz áurea.

Y mi familia paterna, de hondas raíces hispalenses, y sobre todo, mi padre, José Moratinos Pérez, mi ídolo, el que siempre amó el deporte y entrenó desde sus castrenses recintos, a equipos que conseguirían éxitos sin par. Mi padre, ex-alumno de los Marianistas, seguidor acérrimo del Sevilla Club de Fútbol.

-Hijo mío, Sevilla es mágica, es lo más grande que puede haber.

Pasados los años, su hijo, ya muy mayor, en la provecta edad, y dedicado en cuerpo y alma a entrenar el maratón, iría a Sevilla, y se atrevería, a la luz y al socaire de un club magno, el Apol*Ana, a participar en un Campeonato de España, nada menos que...¡de Maratón! ¡Qué atrevimiento!

Hice la carrera emocionado, no sabía lo que hacía, movía las piernas rítmicamente, mi corazón latiendo de emoción, ganas, garra, sufrimiento, alma,pasión,... una carrera de pasión, sin estrategia, acaso con la emoción como estrategia, con ese flow invadiéndome... Pasaron los kilómetros y me encontré cerca del Estadio de la Cartuja... Entonces desperté de ese sueño, pero no del todo, era una especie de duermevela maravillosa. Apreté el ritmo y entré al estadio pasando corredores, lleno de garra y fuerza,.... Debía presentar el orgullo, la casta, la estirpe del maratoniano.

-Sube al podio, como segundo clasificado del Campeonato de España, José Moratinos Iglesias.

La medalla, la medalla ganada, no era mía, era de mi padre, de mi familia, era medalla de estirpe, orgullo de raza, un desafío. Pensé:

-El año que viene, lucharé por el Campeonato de España.

Dificilísimo reto, en cara medalla, pero nada hay imposible.

Las aguas del Guadalquivir discurren tranquilas y mansas, la Giralda sevillana me mira esperanzada, y unos ojos, allá en lo alto, me observan con orgullo. Es mi padre, a él le brindo mi logro, que esté orgulloso de su hijo, y mi admirado padre sabe que desde ahora defenderé con altivez, con energía lo logrado y lucharé con todas mis fuerzas para seguir mejorando, progresando, poniendo el corazón y el alma en la incruenta lucha maratoniana, en un reto de emulación, de perfección,...

Mis madrugadas, mis desvelos, mis sacrificios, mis empeños, todo lo dado, empieza a florecer...

Saludos agradecidos, mis buenos amigos bloggeros y feisbukianos.

Soy muy feliz.

3 comentarios:

  1. Estimado José, me dan ganas de hablarle de Usted y de Don, por el respeto y la admiración que me da conocer una historia y un ejemplo como el suyo.

    Desde Sevilla le escribe un sevillano y sevillista, aficionado al deporte en general y runner-triatleta en particular desde el pasado año, he empezado a competir con mucha ilusión y pensando en la pena de haber empezado un poco tarde (tengo ahora 37), pero conociendo su caso está claro que nunca es tarde si la dicha es buena).

    Enhorabuena por su medalla, el año que viene, si Dios quiere, debutaré en el maratón de Sevilla, espero entonces poder conocerle en persona, hasta entonces tiene un seguidor y admirador más.

    Un abrazo desde la distancia.

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  2. Un saludo , Charlie, y muchas gracias por tus palabras. Es un honor tener seguidores de mi blog de tu categoría humana. Te animo a que hagas maratón, te llenará de felicidad.Saludos.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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